sábado, 25 de abril de 2009

UN PROBLEMA GRAVITA

UN PROBLEMA GRAVITA
Al quemarse las algas del ocaso
son millones de seres laboriosos
los que vuelven cansados al hogar.
El derrame de luz libidece
y el grito de dolor muere en la sombra,
pero queda un rumor en los oídos
que adquiere resonancia en el silencio.
Un problema gravita en sal de bilis,
un problema de quejas sofocadas
hundidas en sepulcros de ilusiones.
¡Se estruja demasiado a la aceituna
y envilece el esparto del estero!
Hay abismo que tiene que salvarse.
Quien manda porque puede y porque quiere
y todo en torno suyo le sonríe
viendo girar el mundo como gira,
no entiende de su coste, porque paga
con moneda que ignora la fatiga.
Quien vive bajo el yugo de los bueyes,
derrochando su vida, gota a gota,
hasta alcanzar los números exactos
para cargar los trenes con su pena,
no ve más que el tormento que le agobia.
Hay abismo que tiene que salvarse.
Un abismo de vértigo aterido
donde el náufrago grita su amargura
con un hervir fogoso de marmita,
un abismo de látigo y ayuno
que mantiene repleto hasta los bordes
el aljibe sin fondo de las penas.
¿Se carece de grapas en el mundo
para cerrar los bordes de esta herida
que acusa con sus labios de amapola?
¿De qué sirven las bellas religiones?
¿De qué decir que somos hermanos?
Es hora de que cese esta agonía
y anular las orugas obstinadas
en raer los impulsos que renuevan.
Ya ha bailado bastante la avaricia
su danza sobre sangre fermentada
para trocarla en vino generoso.
Ya han gozado bastante los que gozan
encumbrados por bárbaras presiones.
No pretendo encantar negras serpientes
de astutas digestiones entre brumas;
ni quiero hacer mía la mansedumbre
del camino que lame humildemente
las botas del señor que le fustiga.
Pero todos tenemos ojos, oídos
y sabemos que viven soterradas
en los hombres raíces de promesas
que prestan savia nueva a tallos nuevos
y exigen con vigor mejor destino.
Y entonces, ¿qué se espera?
La luz del sol se tiñe con rubores
después de la verónica del día;
las rosas se avergüenzan de ser rosas
a la pupila clara del prudente;
en la luna se sienten escalofríos
del bacilo de Koch multiplicado;
por túneles busca su salida
un ímpetu de fuerza atormentada.
Si estalla surgirá tal polvareda
que todo quedará entenebrecido.
Y entonces ¿qué se espera?
¿Que el hombre que trabaja nazca tonto?
¿Que se estruje la uva de los odios
para ver el fermento que provoca?
Hay millones de seres que oprimidos
aprietan su dolor contra los dientes
y una imagen de sangre en sus retinas
adquiere resonancia en el silencio.
Hay millones de seres que oprimidos
fabrican , gota a gota, sin descanso,
la trilita de penas que comprimen
en sus puños, cegados por la rabia.
Los harapos sacuden su modorra
y exigen con vigor mejor destino.
¡Que nadie se agazape por el miedo,
ni piense que habrá paz porque la astucia
se adueñe de la fuerza de las armas!
¡Ya no salva ni la astucia, ni la fuerza,
ni el miedo, ni los Judas del instante!

Atonio Fdez. Bozano

2 comentarios:

ecijana dijo...

Lo conseguí Anferbo. Hoy mis niñas van a comer más tarde, pero merece la pena.Impresionante tu relato. Perfecto bajo mi punto de vista. Las metáforas son geniales. Tú eres genial. Una ecijana que te admira.

fernandezbozano dijo...

Si me quieres creer,Ecijana,yo no sé ni cómo se entraba en el blog hasta ayer que explicaste que tenías problemas para poner un comentario,que yo te pedí lo hicieras.Yo, como entro desde dentro, no me percaté de lo que tenían que hacer los demás.Pero bueno,ya lo has solucionado.
GRACIAS por tu amabilidad en el comentario.Ahora sí que voy a chulear cuando lo enseñe a los amigos,o lo lean.
Eres única,Ecijana.