jueves, 20 de noviembre de 2008

PRODUCCIÓN CASTÚA

ARANDO

Con mano filme sobre la mancera,
fija en l´horizonte la mirá,
una yunta de mulas, prisionera,
a paso lento rompe la alborá.
Malca el labraó diestra la besana
ajondando con brío y con juerza la reja
q´esconderá como´n cuna la grana
onde espigas de trigo arlivien la queja.
Revienta la tierra la verteera
destilando rocío en los terrones,
apirsionando pasos, carcelera,
en cada zurco con nuevos rejones.
Jinca la yunta los cuartos traseros
aprietando con juerza los reñones,
tensando los músculos d´acero,
trasmutás en doló las faciones.
Echa chispas la reja arañando
un pedrusco en metá der balbecho
y, con recia y filme vó jarreando,
encorajinás, sacan der lecho.
Arrecia er día tras larga jorná.
Arresoplan cansinos los animales,
y un balde d´agua fresca en la enramá
chorrea por los bordes a raudales.


LOS JOYOS

Arrevienta er só en jundoso valle,
en verdino malco de primavera,
y en el mirá lejano rialza el talle
pastó erguío en vieja y larga ´spera,
sin reló ni tiempo que le cizalle
- el viejo zurrón en bandolera
y apoyás las manos sobre el cayao -
der lento y blanco rebaño el cuidiao.
Jusmea la brisa el robusto calnero
- caeza fiera y retorcíos cuelnos -
y una malgarita, a pie de sendero,
arranca y lleva entre sus labios tielnos,
prendía en su jocico com´un lucero
de apagás llamas de los avernos,
mientris artivo y señó de su imperio
campa a sus anchas sin cautiverio.
Albo corderillo arrecorre el prao
con brincos desencompuehtos n´el verde
- en rojo d´amapola acicalao -
y en la jugosa laera se pierde
entre mariposas aventurao,
con las briznas de yerbas que muerde.
En camino lento hacia la majá,
de só, la sierra perece coroná.


NORIA

El viejo burro, uncío a duro leño,
en círculos sin fin, vendaos los ojo,
arranca en jondoná, con empeño
agua, jarreao a lo lejos pol dueño,
cediendo en paso prieto a sus enojos.
Chirría suave el eje de la ruea
engrasao con sebo l´engranaje
q´evite en la frición que el roce puea
criá cardenillo, cual monea,
dende una a otra mano n´pasaje.
Asuena el trinquete en la ruea dentá,
y uno detrás d´otro, los cangilones
rezuman y chorrean en cascá,
gorviendo a la fuente sonoras canciones.
Caño d´agua clara, cordón de plata,
dimana a bolbotones de l´entraña.
Pol acequias, canales se desata
enguachinando roja tierra que baña
moro fruto de zarzales,
tielnos berros de regachos
aonde volandean los pardales,
sartarines, sin moaleh,
de verdi y agua borrachos.


INVIERNO

Invielno de soledades
aonde la bruma y el aire
te ejan el cuelpo yerto
y al raso prendía l´alma.
Se mira la luna n´el charco,
opaco espejo de yelo,
queando en él pirsionera,
jelá su lú en celo.
Tierra parda q´al relente
de la nochi han prendío
blancas canas al sembrao,
jelándole la savia
en claro cristal vencío.













EL ABUELO

A orilla der Zúja, flo de romero,
labra l´abuelo con tesón la tierra
en profundos zurcos, derecho y friero,
marchando a paso filme en terca guerra.
Verdi campiña con margen d´albero
malca l´amelga en el trozo q´encierra
la mies q´un día cernirá el molinero
y maquilará el pan de la jambre q´aferra.
Güerve virí sobre yegua lazana
endispués de pisá yerbas y terrones,
sufriendo bravo y juerte la solana,
erramando el suol a cangiloneh,
botas de cuero, pantalón de pana,
escupiendo a inclemencias y traiciones.



TIERRA

Ya suena jacia lo lejo la campana
posando su tañío entri las jaras,
un compás de silencio en las senaras
y un oló agridurce de manzana.
Luz criepusculá rompe la mañana,
triscan cabras y ovejas enlazás,
verdi mantel en suntuosas aras,
resplandó de rocío en tierra llana.
Una calandria en fronda d´álamo
reza sus preces en eco d´esquilas,
albas margaritas como tálamo
a pie d´adelfas en boscosas filas
inundan la fuente de mi cálamo
en ausencia d´estas tierras esquivas.

CONSTELACIÓN

Sobre frondosa costelación de flores,
Bajo´l carmesí y el bronce der só naciente,
frescó de mañana, la mirá al frente,
azota mi rostro un canto d´olores.
Remanso escuro del río besando el juncá
onde tiembla leve branca mariposa
compitiendo en jermosura a l´alba rosa
que revienta al borde de la fuente un rosá.
Zumban las abejas en vuelo al romero
jincando sin freno su trompa en los pétalos,
sin alma y vida, mustios, secos déjalos,
besando la cormena el nétar pirsionero.
Bebe l´aire bocanás en la jara
imprenando juertemente en mis purmones
sonoros hinnos, vigorosas canciones
que d´ocaso al alba ni un momento ejara.
Pol camino al borde, verdi oló de cinojos.
Una ramita de anís en los labios
recordando consejos de viejos sabios,
muerdo y saboreo a capricho de antojos.
Güele er campo aroma sutí de tomillo
y en er seco canchá lo besa un jirguero
que en coló aventaja a l´astro lucero
las plumas d´oro en su pecho amarillo.
En l´horizonte, entre escarlatas tejaos,
señoriá y mora s´arza la torre.
Tañío de campana sonoro corre
en remansos, besos y olores desvelaos.


NUKA

En una cestita de mimbre llega mi Nuka
entre algodones, negros ojos, cerrado sueño,
removiendo su hociquillo, husmeando, cuca,
en movimiento el ceño.
¡ Qué alegría con su presencia en los niños incita!
Vivas, júbilos, albricias, estruendo de babel;
pequeñina, a acurrucurla levemente invita,
tintín de un cascabel.
Con cuánto mimo y esmero se busca un platito.
Yo; no, yo; yo lo dije primero, todos a son.
Blanca infancia, bello sueño de amor infinito,
cuna en tul ilusión.


TORRE

De rojo bronce, alerta centinela
que emerge su silueta danzarina
en árabe morisca cantinela
bailando entre dosel de bambalina.
Con firmeza de roca dura, anhela
tender hacia el cielo flecha diamantina
y ser en el firmamento candela
que a estrellas y satélite ilumina.
Extiende la noche su negro manto
oscureciendo a fantasía de luna,
un ritmo viejo en soleá su canto,
dejando en calma lenta de laguna
las lágrimas que afloran en mi canto,
ausente páramo de vieja cuna.

MI PERRA

Quiebran la luz del monte
entre veredas y caminos,
sortijas en verde oscuro,
alcornoques, chaparros y encinas.
Azuza el zagal entre breñas,
pastor de viejo bronce,
una blanquiroja brava perra,
fauces abiertas por empinados riscos,
entre jarales enhiesta la oreja.
Huele la chicharra el aire
sorbiendo el sol a raudales,
y el bordón de un abejorro fiero
suena veloz en su oído
observando su rumbo ciego.
En clara charca del Poleo
- suena el dolondón de una cencerra-
se bebe el sol en la lengua
- reflejo azul de fuego-
la blanquirroja brava perra.


NIEBLA
De la luz en la tiniebla
un esperpento camina
bajo espesa nube niebla,
tristeza y llanto en la sima
que como el azogue tiembla.
Tiende una paloma negra
sus alas ante mi vista
y su oscuridad me niega,
sin pulso que la resista,
ya la voluntad me ciega.
Pesan en mi hombro las penas,
me encorva la espalda y siento
veloz fluyendo en mis venas
la ira en todo momento
en engranaje de arena.
Vida en valle de claveles
mi alma suspira en verde,
quiero dejar estas hieles,
mi tristeza ya se pierde
si trenzas mirto y laureles.

ARDE BELÉN

Silencio la noche quiebra
con ecos de eternidad.
¡Estrellas, amenizad
con verde laurel y hiedra
el final de la tiniebla!
Nacerá en Belén la estrella
que impronta fértil de huella,
cuanto soñaron luceros,
y un incendio que ofenderos
pudiera dejarme ella.
Jesús, ya siento la vida
a mi alrededor crecer,
mi pecho reverdecer
restañando ya la herida
siglos sin ti ennegrecida.
Jesús, tu luz se derrama,
por doquier cunde la llama
desencumbrando su vuelo,
amarrándolo en el suelo
que a ras la Tierra inflama.


NIÑO LUCERO

Tiembla el sol con su terne resplandor
sabiendo que su luz oscurecerá
un Niño de azul y tierno candor
que entre paja y heno nacerá.
Aurora primorosa, Salvador,
añico de los luceros será.,
marchitando la llama, arrobador,
que a su advenimiento cederá.
Llegar quiero al umbral de la locura;
mirar, tocar la Estrella triunfadora
colmándome al completo de ventura
si me ciegan los ojos de esta Aurora,
sin renacer en mí vieja cordura
que aprisionándola en mi pecho aflora



ERA

Expande er só sus rayos justicieros
sobre claro y terso prao en ramaje
aonde jormigas, jilás en senderos,
desgranan la parva al son del coraje.
Chirría er trillo en fecundos parleros
resonandu ejes en los virajes
q´arrastran mulas, pasos pirsioneros,
uncíah pol viejo yugo en anclaje.
Enhiesto sobre parda tabla añeja,
empapando er só, torso desnúo,
un niño en bronce las riendas maneja
azuzando de moo tosco y rúo
que la yunta cunda, abrevi la queja,
a l´expirá der só el fuego múo.


RINCONADA

Jilo en plata de la Rinconá
pierde el flujo entre encinas y poleo,
pol juncos y romero coroná,
d´adelfas y jarales un deseo.
Madre q´, en las entrañias sepurtá,
pare líquido cristá cual trofeu
que revienta el caló de la garganta
y el suó de cara y frenti quiebranta.
Er destino que to l´ordena,
poderoso tu chorro te limita
apirsionando el curso con caena,
q´en cadiencia caprichosa s´agita,
de ve que l´alborá te cercena
y has de llegá presurosa a la cita
por arterias nuevas de pesaúmbre
sin otro horizonte que se vislumbre.




MAGNOLIO

Verde ya el magnolio verde
acechan tiernos capullos,
reflejo ciego de orgullo
que al viento y aire se pierde
y florido al cielo tiende.
Sobre pedestal de plata,
el sentido me arrebata
la fragancia monocorde,
en viejo camino al borde,
que un magnolio lo delata.




CAMPO


Ardientes en verano
ocres y amarillos campos de la Extremaúra,
vida y fuego tirano
bajo raso cielo azú, calina en calentura.
Ovejas acarrás
cuelpo desnúo, moorras, en sombra d´encina,
en pastos recostás
roto el silencio azú pol la chicharra vecina.
Arroyo lame peñas,
reflejo azú discurre sonoro entre juncos,
matorrales y breñas
enlazaos pol nemorosos álamo juntos.
Perdío l´horizonte,
salmodia la lechuza en nochi clara y serena,
y luce sobre er monte,
en un cielo azú de sea, branca luna llena.



PARQUE

Exuberancia de frondas verdosas
enmarcada por azul nítido cielo,
de enlazadas ramas generosas
amarradas a tierra su vuelo.
Mañanas, tardes y noches ociosas,
primer amor de glorieta anhelo,
y una brizna de amarillas mimosas
prendo amoroso a mi novia en el pelo.
Dos pajarillos en rama de olivo
observan cantarines mi embeleso
y con alboroto alegre y festivo
funden sus picos un himno ya impreso
marcado en mi mejilla al rojo vivo.


AMAPOLA

En mar de verdes trigales
brisa bambolea la espiga
y, entre tallos, roja amiga,
ondas en suaves raudales,
amapolas monacales
de hábitos en terciopelo,
que morando sin recelo
en terco y libre albedrío,
plantó en verde su tronío
mirando al azul del cielo.





NOCHE EN EL CAMINO

Cerrada noche en titileo de estrellas,
perdiendo mis pasos por el camino,
surcando los cielos raudas centellas,
ante el silencio elocuente me inclino.
En cielo y tierra indelebles huellas:
el son de mis pasos cuan me avecino
y luz refulgente que deja mellas
si escruto la negrura y la examino.
Armonía de silencio perdido
en arrebato solemne a porfía
enaltece mi espíritu advertido
del bullicio ruidoso en tiranía,
de luces rutilantes disuadido,
me extasío en absorta melodía.


MARGARITA

Rompe la mañana el horizonte,
quebrando suavemente la sombra,
rayos tras los cristales del monte
reflejando esmeraldas la alfombra,
donde un avisado polizonte,
entre rocío y canto de alondra,
- zafiro entre eco de trino -
pierde sus pasos por los caminos.
Llora lágrimas la margarita
a cada roce, mi pie descalzo,
y lluvia de diamantes se agita
cuando, temblorosa, en mano alzo
flor sencilla que gloria musita
y virgen hasta mi boca ensalzo,
humectando en gotas de rubíes
pétalos en labios carmesíes.

No hay comentarios: