miércoles, 19 de noviembre de 2008

CELA: DORMIDO O DURMIENDO

Es la anécdota parlamentaria más contada de todos los tiempos.
Durante una plúmbea sesión del Senado, el único premio Nóbel capaz de absorber un bidón de agua por el orto andaba sesteando. El Presidente del Senado le llamó la atención:
- Señor Cela, está usted dormido.
- No, señor, estoy durmiendo- contestó don Camilo-.
- ¿Y cuál es la diferencia?, requirió el primero.
- Hombre, no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo.

¡TORERO!

Si no fuera porque en su momento a punto estuvo de ser trágico, la ejecución del 23-F hubiera parecido un sainete de los hermanos Moratín. Esos tenientes chusqueros haciendo llaves de judo al anciano Manuel Gutiérrez Mellado, esos tanques deambulando por Valencia a la nuit, ese¡ “Se sienten, coño”!...
Pero lo mejor fue, sin duda, la interpretación de la televisión sueca que, ignorante del pintoresco atavío craneal de nuestros guardias civiles, anunció que “Un torero acababa de dar un golpe de Estado en España”.

SENATRICES

Y ya que empezamos con Cela, acabemos con él. Una vez defendió una enmienda para que a las senadoras se les llamara senatrices en consonancia con las meretrices y actrices del castellano. El presidente del Senado propuso sustituir senadores por senatroces, palabro más que adecuado para algunos señores que se dedican a la política en vez de dedicarse al humor.

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